jueves, 31 de octubre de 2013

TECNICAS DE VUELO



Aterrizajes de emergencia


Vamos a hablar un poco acerca de las situaciones anormales y de emergencia que pueden ocurrir en vuelo. Como hemos visto en otras entradas, la clave para poder realizar un vuelo seguro esta en la prevención, y una de las formas de lograr esto, está en la manera en la que enfrentamos estas situaciones. El amplio conocimiento de los Manuales de la aeronave así como la muy importante actitud del piloto, es tal vez la clave para enfrentar el reto que nos pone la aviación en ocasiones.

Aunque en realidad es difícil dar una guía general para afrontar una situación determinada, hay algunas cosas que podemos platicar al respecto, siempre tomando en consideración que los manuales antes mencionados tienen prioridad ante cualquier sugerencia que podamos darles.

En el tema de los aterrizajes se puede decir que existen algunas diferencias importantes; en las listas de verificación, normalmente se distingue una diferencia entre “aterrice tan pronto como sea  posible” o “aterrice lo más pronto posible”. Esto se refiera a que en una situación anormal, se puede manejar y administrar el procedimiento, de tal manera que se puede planear el aterrizaje, qué, aunque se sale de lo normal, no implica una emergencia como tal. Por el contrario, cuando se tiene una situación de emergencia, es imperativo aterrizar en el lugar más cercano y por lo tanto con poco tiempo para planearlo.

Cuando se está aprendiendo a volar en la escuela de aviación, se pueden practicar aterrizajes de emergencia como una de las maniobras en el plan de estudios, pero por obvias razones no todo es posible practicarlo, por lo que solo nos queda tenerlo en teoría. Tal es el caso de cómo utilizar la estructura de la aeronave como un escudo protector de los tripulantes y en su caso de los pasajeros.

Vamos a considerar dos tipos de aterrizajes de emergencia: Aterrizaje Forzoso y Aterrizaje Precautorio.

El Aterrizaje Forzoso, se refiere a aquel en cuya situación es imperativo descender y aterrizar en cualquier lugar posible ya que no podemos continuar el vuelo.
El Aterrizaje Precautorio se refiere a  aquella situación en la que se puede continuar el vuelo pero no es posible prever en que momento la situación se convertirá en una emergencia.

Es de suma importancia considerar los factores que pueden influir en la habilidad del piloto para actuar rápido y eficientemente cuando encara una emergencia, uno de estos factores puede ser cuando permitimos que la mente nos gobierne y nos paralice ante el temor de pensar lo que puede suceder, en lugar de reconocer que estamos en una situación difícil y que el momento es ahora y que por lo tanto hay que tomar decisiones y actuar sin perder el tiempo en tratar de corregir desesperadamente aquello que estuvo mal a expensas de perder el control de la aeronave o de no elegir correctamente el lugar en el que se va a aterrizar.

De alguna manera, creo que todos los pilotos estamos condicionados a “salvar el avión”, y sí, creemos que si se salva el aparato, nos salvamos nosotros, lo cual tiene lógica, sin embargo en ocasiones esto puede llevarnos a cometer errores, ya que en busaca del terreno ideal o de llegar a la pista para que el avión no salga dañado, nos puede llevar a omitir reglas básicas del pilotaje, con las consecuencias lógicas de esto.

El éxito de un aterrizaje de emergencia es una combinación de conocimientos, habilidades y actitud.

Cuando se enfrenta una situación de este tipo, debemos de estar concientes de que es muy probable que el avión va a tener daños, pero hay que tener en cuenta que lo mas importante es la prevención de los daños físicos de las personas y esto en gran medida es cuestión de mantener la  zona de la cabina lo menos dañada posible, utilizando las partes de la estructura “no habitada” como un escudo que absorba la brusca desaceleración antes de que afecte a los ocupantes.

La experiencia en accidentes demuestra que la extensión de la estructura deformable entre el punto de impacto del avión y la zona de la cabina, tiene una relación directa con la severidad de las fuerzas transmitidas de choque y por lo tanto de la posibilidad de supervivencia.

Las alas, la parte baja del fuselaje, el tren de aterrizaje, son partes de la estructura que junto con la vegetación, los árboles e incluso algunas estructuras hechas por el hombre, pueden absorber la energía. Los campos cultivados o árboles pequeños pueden ser un excelente medio de frenado. En otras palabras cualquier objeto cuya estructura sea menos resistente que la del avión.

Estamos hablando de tratar en lo posible de que la desaceleración no sea brusca, pero al mismo tiempo que la distancia de parada sea lo mas corta posible y esto solo se logra con tocar con la menor velocidad (GS). Duplicar la velocidad, cuadriplica la energía destructiva total, por lo que cualquier incremento en la velocidad afectará significativamente los efectos del choque. La mayoría de las aeronaves pequeñas como la que tu estarás volando en la escuela de pilotos, están diseñadas para proteger a los ocupantes en un choque de frente con una desaceleración de alrededor de 9 veces la gravedad; esto quiere decir que considerando una desaceleración uniforme de 9G a 50 MPH se requiere de una distancia de parada de aproximadamente 3 metros, mientras que a 100 MPH esta se llevará 12 metros.

Pero ¡ojo!, nunca debemos de perder el control de la aeronave, por lo que la velocidad debe de ser mantenida en los mínimos posibles de Vs0 o Vs1 y utilizar todos los recursos aerodinámicos que tengamos disponibles, así como intentar que las condiciones del viento nos sean favorables.

Uno de los errores más graves que podemos cometer, aun encontrando el terreno ideal para aterrizar, es el de perder la correcta actitud de la aeronave y con esto el régimen de descenso adecuado en el momento del toque, al tratar de tener una velocidad muy baja, la posibilidad de un desplome es alta, por lo que la velocidad de hundimiento se incrementará.

Una alta velocidad vertical se puede considerar arriba de 500 pies por minuto para este tipo de aeronaves, sobretodo si el aterrizaje se efectúa con el tren arriba, o en terrenos de superficie dura, por otro lado, en terrenos de superficie blanda puede ocasionar hundimiento en el terreno y por lo tanto una desaceleración muy brusca.

El único momento en el que el piloto tiene muy poco tiempo para poder tomar decisiones, es en el despegue; sin embargo, aún en estos momentos, el factor más importante es el CONTROL de la aeronave.

Hay que entender también que a altitudes considerables el terreno puede ser engañoso, por lo que al acercarse a él, este puede cambiar y con esto cambiaremos también de elección; como regla general, se puede decir que no es bueno cambiar de decisión mas de una vez, en ocasiones es mejor un aterrizaje controlado en un terreno agreste, que uno sin control en un terreno plano.

De cualquier manera, lo mejor que podemos hacer es prevenir, y como lo comenté al principio, el profundo conocimiento de los Manuales y las recomendaciones que en ellos se hagan son prioridad sobre cualquier sugerencia que aquí les de.

Como siempre nuestros mejores deseos para que siempre tengan, deseados despegues y felices aterrizajes.

Créditos fotográficos wikimedia commons

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